Mucho se ha especulado si en “La casa de los famosos 4″, hay o no violencia. Tanto Maripily, Romeh y Ariadna han acusado a Lupillo Rivera de maltrato emocional. Hay quienes lo desmienten, y otros lo confirman. La realidad del caso es que la violencia tiene múltiples caras y a veces nos hacemos de la vista larga.

Ejemplo de ello fue el domingo en la gala de posicionamiento, cuando Lupillo se quita su gabán y se lo entrega a Aleska para posicionarse frente a Romeh. Ese gesto, ya de por sí, anticipa que habrá violencia en toda su jugada. Su lenguaje corporal reflejaba la energía de un hombre violento. Entre sus primeros argumentos Rivera dijo: “Aquí las mujeres no cuentan”. ¿Acaso eso no es violencia? Y no tan solo es violencia, es machismo. En la gala del domingo, 7 de abril Romeh también fue violento alzándole la voz a Maripily e impidiéndole hablar cada vez que le decía: “cancelado”.

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Confieso que estoy pegá viendo el programa, pero tengo la preocupación de cómo manejan sus emociones dentro de la casa y sobre los estragos que este encierro les puede causar. Sería bueno saber si los participantes reciben acompañamiento de algún terapista para canalizar sus emociones; si una vez son eliminados algún médico les evalúa para ver cómo están de salud y si participan de alguna terapia para trabajar con lo vivido y el reencontrarse con la realidad.

La violencia, desafortunadamente, es una realidad que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, o sea que ha existido siempre. Sus caras son diversas y abarcan desde conflictos armados, guerras, violencia doméstica y criminalidad. Cada forma de violencia deja cicatrices y consecuencias devastadoras en las víctimas y en la sociedad en general. Ahora, con la presencia de las redes sociales, nos enteramos al instante de todos los actos violentos a través del mundo.

Una de las caras más visibles de la violencia es la guerra. A lo largo de los siglos, las guerras han sido luchadas por diversas razones, como la conquista de territorios, la defensa de ideologías o la búsqueda de recursos naturales. Estas guerras han dejado un rastro de destrucción, sufrimiento y pérdida de vidas humanas inimaginable. Es increíble que todavía en el siglo XXI, haya países y potencias mundiales que utilicen la guerra como pretexto para conseguir sus objetivos.

Otra cara de la violencia es la doméstica. Ocurre dentro de los hogares y afecta principalmente a mujeres, niños, comunidad LGBTTQIA+ y personas vulnerables. La violencia doméstica puede manifestarse como abuso físico, sexual o psicológico, y tiene efectos duraderos en las víctimas, tanto a nivel físico como emocional.

La violencia en las calles y la criminalidad también son caras de la violencia que afectan a muchas sociedades. Los actos delictivos, como los robos, los asaltos y los homicidios, generan un clima de miedo e inseguridad en las comunidades. Estos actos de violencia tienen un impacto negativo en la calidad de vida de las personas y obstaculizan el desarrollo y el progreso social.

Otra forma de violencia es la política, que se manifiesta en la persecución de grupos opositores, la represión de la libertad de expresión y la violación de los derechos humanos. Esta forma busca silenciar a aquellos que se oponen al poder establecido y puede tener repercusiones graves en la sociedad, limitando la democracia y la participación ciudadana.

También puede manifestarse en forma de discriminación y violencia basada en el género, como la violencia contra las mujeres, el acoso sexual y la violencia de género. Estas formas reflejan desigualdades profundamente arraigadas en la sociedad y perpetúan la opresión y la injusticia.

Las caras de la violencia son múltiples y complejas. Es fundamental trabajar en su prevención y erradicación, promoviendo el respeto, la igualdad y la justicia, para construir una sociedad más segura y pacífica.

Si nos ponemos a pensar, “La casa de los famosos” es un reflejo de la sociedad misma, en donde sobrevive el más fuerte.