Comenzó febrero, tradicionalmente conocido como el “mes del amor y la amistad”.

Ya vemos en todos los comercios corazones, globos, chocolates, flores y el amor se respira por todos lados. En el mundo ideal, esta tradición ocuparía las primeras planas y todo sería color de rosa.

Las primeras líneas de esta columna son utópicas, pues lamentablemente no hay manera de celebrar el amor y la amistad, si cada vez son más las mujeres que mueren a causa de la violencia de género.

En teoría, continuamos empezando el año y varias mujeres han sido brutalmente asesinadas. Y ya puedo leer los comentarios de aquellas personas que el machismo invade su ADN y sacan de proporción mi columna, pero ciertamente todavía queda mucho camino por recorrer para salvar a nuestras hermanas.

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Hay hombres que no toleran que una mujer les dé órdenes, o hasta incluso no toleran que la mujer de la casa sobresalga y lo opaque. ¿Y por qué en lugar de competir, no celebrar los logros de las féminas que caminan junto a ellos? El machismo, el patriarcado y el paternalismo son algunos de los detonantes para que ocurra la violencia de género.

La violencia de género se refiere a cualquier forma de violencia o abuso que se ejerce sobre una persona debido a su género o identidad de género. Esta violencia puede manifestarse de diversas maneras, como la violencia física, sexual, psicológica o económica. Es importante destacar que la violencia de género afecta, principalmente, a las mujeres, aunque también puede afectar a hombres y personas de otras identidades de género.

La violencia de género es un problema grave que tiene consecuencias devastadoras para las víctimas y para la sociedad en general. Es una violación de los derechos humanos y un obstáculo para lograr la igualdad de género.

Es fundamental abordar la violencia de género desde diferentes frentes, como la educación, la sensibilización y la implementación de políticas y leyes que protejan a las víctimas y sancionen a los agresores. También es importante fomentar la igualdad de género, la equidad, y promover relaciones basadas en el respeto y el consentimiento.

La violencia de género puede manifestarse de diversas formas, algunas de las cuales son:

1. Violencia física: incluye cualquier forma de agresión física, como golpes, empujones, estrangulamiento, quemaduras, etc.

2. Violencia sexual: implica cualquier acto sexual no deseado o forzado, como violación, acoso sexual, abuso sexual, explotación sexual, entre otros.

3. Violencia psicológica: se refiere a cualquier forma de maltrato emocional o psicológico, como insultos, humillaciones, amenazas, control excesivo, manipulación, y otros.

4. Violencia económica: consiste en el control o la limitación económica de una persona, como el control de los recursos económicos, la prohibición de trabajar, la negación de acceso a la educación o la capacitación.

5. Violencia digital: es una forma de violencia que ocurre a través de las tecnologías de la información y la comunicación, como el ciberacoso, el acoso en línea, la difusión no consensuada de imágenes íntimas. Este tipo de violencia está cada vez más presente en nuestra sociedad.

Es importante tener en cuenta que estas formas de violencia pueden estar interconectadas y pueden coexistir en una misma situación de violencia de género. Además, es fundamental reconocer que la violencia de género no se limita únicamente a las parejas íntimas, sino que puede ocurrir en diferentes contextos y relaciones.

Es por eso que, para poder vivir un febrero diferente, si estás pasando por una situación de violencia de género o estás conviviendo con el enemigo, busca ayuda. Existen diferentes organizaciones que velarán por ti.

Accede a Coordinadora Paz para las Mujeres (pazparalasmujeres.org), para orientarte. No estás sola. Nos tenemos.