El sistema de frenos de un vehículo es una de las partes a las que más se le debe prestar atención para mantenerlo en óptimas condiciones y evitar cualquier accidente derivado de un mal funcionamiento o deterioro.

Uno de los daños puede ocurrir -dependiendo de las condiciones en que se realice- a la hora de lavar el vehículo, sobre todo cuando este se traslada hasta un car wash.

¿A qué prestar atención?

Un mecánico experimentado consultado por LA PRENSA GRÁFICA recomienda que cuando laves por tu cuenta el vehículo, o lo lleves a un establecimiento dedicado a esta tarea, tengas presente hacerlo cuando este no esté demasiado caliente, específicamente, los discos de freno, los cuales alcanzan temperaturas considerables debido a su función que involucra fricción repetitiva mientras circulas.

Cuando esta zona está demasiado caliente después de un trayecto y le cae agua fría a presión -método utilizado en la mayoría de car wash-, el cambio radical de temperatura puede ocasionar que los discos de freno se debiliten y comiencen a presentar rajaduras, lo que compromete el sistema y obliga a una sustitución de la pieza.

En vista de este riesgo, la recomendación es que esperes un tiempo prudencial después de la marcha para que los discos puedan enfriarse antes de ser sometidos al lavado.

Es importante resaltar que los daños en los discos no siempre son evidentes, aunque ya existan; por lo que se requiere de la revisión periódica de un mecánico especializado en la rama para que garantice que estos se encuentran en óptimas condiciones y descarte cualquier desperfecto en los mismos.

En caso de que ya tengan algún daño, es imprescindible cambiarlos, pues se corre el riesgo de que ocasionen un percance durante un trayecto.